Molino Cañuelas redobló la apuesta al querer salir a cotizar en bolsa en el mercado argentino y en Wall Street, pero tuvo que dar marcha atrás. Entre el comienzo de la oferta pública inicial (IPO, por sus siglas en inglés) el pasado de 10 de noviembre hasta ayer, la fecha de cierre no logró recabar la suficiente cantidad de ofertas al precio con el que apostaban a salir.

Según informó la empresa, de los 400 millones de dólares de deuda de corto plazo que tiene, con 142 millones de la IPO -con la que esperaba recaudar hasta 300 millones- y otros 200 millones propios podía salir sin grandes necesidades de refinanciamiento. Es que la empresa tiene hoy una deuda que es seis veces su Ebitda, sus ingresos brutos.

La elevada deuda de la empresa de Aldo Navelli, el mal management y el riesgo argentino hicieron que JP Morgan, el banco organizador de la IPO, resolviera dar marcha atrás.

La empresa "ha decidido posponer la colocación de sus acciones Ordinarias Clase B debido a la reciente volatilidad del mercado en la Argentina", sostuvo la compañía en una carta a la Bolsa.

Originariamente buscaba colocar 29.250.000 acciones Clase B con un precio de 4,67 a 5,67 dólares por acción.

Según el comunicado de la empresa, la firma "ha decidido esperar una ventana más atractiva para la realización de la oferta pública inicial de sus acciones, confirmando su rumbo para alcanzar sus objetivos de crecimiento".

Y aunque no aventuró una nueva fecha para la IPO, aseguró que saldrá al mercado "cuando estén dadas condiciones de mayor estabilidad".